Las especies de Fusarium están prácticamente en todas partes: en las plantas, en el aire y en el suelo. Son hongos, cuyo nombre común es moho.

Según la Biblioteca Nacional de Medicina del Instituto de Salud de EE.UU., “las especies de Fusarium pueden causar enfermedades localizadas, localmente invasivas o diseminadas. El patógeno normalmente afecta a individuos inmunodeprimidos, y son escasos los casos de infección en personas inmunocompetentes”.*

Las infecciones por Fusarium son poco frecuentes. Pero cuando se producen, generalmente afectan a personas cuyo sistema inmunitario está debilitado.

Según un informe de la Sociedad Estadounidense de Microbiología (American Society of Microbiology), el pronóstico es malo cuando el sistema inmunitario de la persona está debilitado y la carga de Fusarium es importante.*

Defensas contra enfermedades causadas por Fusarium

Según señala la Sociedad Estadounidense de Microbiología, “existe poca información respecto de las defensas del huésped contra las especies de Fusarium, ya que la fusariosis invasiva tiene muchos puntos en común con la aspergilosis invasiva y otras infecciones invasivas por hongos”.

Básicamente, el sistema inmunitario de nuestro organismo es la principal defensa contra cualquier tipo de infección por moho.*

Queratitis causada por Fusarium: ¿Qué es?

Cuando afecta a los ojos, la infección por Fusarium recibe el nombre de queratitis por Fusarium. La queratitis, de acuerdo con la definición del Centro para Control de las Enfermedades de EE.UU. (CDC), es una inflamación de la córnea, que es la cúpula transparente que cubre nuestros ojos.

Existen varias formas de contraer queratitis fúngica. Según explica el CDC, estas formas incluyen:

  • Traumatismo en el ojo, especialmente aquel producido por plantas, como por ejemplo espinas o palos
  • Enfermedad ocular subyacente
  • Sistema inmunitario debilitado 
  • Usar lentes de contacto y no seguir las instrucciones de uso correctas

Queratitis por Fusarium: posibles causas y síntomas

Si bien es poco frecuente, la queratitis por Fusarium también se puede contraer por no mantener una higiene adecuada en el uso de los lentes de contacto. Para evitar que esto ocurra, los usuarios de lentes de contacto siempre deben:

  • Seguir las instrucciones de mantenimiento de los lentes y el esquema de reemplazo recomendado por su especialista de la visión.
  • Antes de manipular los lentes, debe lavarse muy bien las manos con un jabón sin perfume y secarlos con una toalla que no suelte pelusa.
  • Cambiar el estuche portalentes al menos cada tres meses.
  • Ponerse inmediatamente en contacto con su especialista si experimenta cualquier dolor en los ojos, enrojecimiento combinado con un lagrimeo excesivo o un aumento de la sensibilidad a la luz.

Si no se trata, la queratitis por Fusarium puede tener consecuencias devastadoras, como la pérdida de visión o la ceguera. No te arriesgues por ahorrar en el mantenimiento y la higiene de tus lentes de contacto.

Si se diagnostica a tiempo, la queratitis por Fusarium se puede tratar. Este tratamiento puede consistir en medicación antifúngica por vía tópica o en cirugía si es necesario.

Desinfecta muy bien tus lentes de contacto para reducir el riesgo de contraer queratitis por Fusarium.

Además de seguir los consejos del especialista respecto al mantenimiento de los lentes de contacto, también puedes reducir el riesgo de sufrir una infección fúngica si sigues estas recomendaciones:

  • Frota y enjuague los lentes de contacto cada vez que los limpies, aunque utilices una solución en la que se indique que “no es necesario frotar”.
  • No utilices nunca agua corriente ni saliva para limpiar los lentes; utiliza únicamente la solución desinfectante recomendada y sigue sus instrucciones de uso.
  • Quítate los lentes de contacto inmediatamente si notas cualquier tipo de dolor en los ojos o si se ponen rojos, y llama a tu especialista.

Como hemos mencionado, los casos de queratitis por Fusarium son poco frecuentes, pero suceden.

Cuando visites al especialista, escucha atentamente todos sus consejos respecto de la limpieza y el mantenimiento de los lentes de contacto. Esos consejos tienen su razón de ser. Síguelos para proteger tu visión.

 

Nada de lo publicado en este artículo constituye un consejo médico ni pretende sustituir las recomendaciones de un profesional de la medicina. Si tiene preguntas específicas, consulte a su profesional de la visión.
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